Generosidad

Cuánto me dio el Señor por lo poco que dejé por Él! Que además, con el amor que le tenía, no podía menos de dejar lo que fuese por seguirlo.

Vivir para Dios

Vivamos nada más que para Él, para sufrir y hacer redención con Él, para decir a todos el Padre que tenemos.

Deseo del cielo

Cada día quiero más a mi Señor y si no fuese por poder sufrir algo por la gloria de su Padre, tendría ya ganas de que me llamase. Cuando Él quiera.

Estar en la Cruz

Pida para que sea toda del Señor y me tenga con Él en la cruz que es mi única aspiración, siquiera para este año de redención.

Carrera velocísima

Ya verá cómo esta última gracia del Padre Celestial marca para mí una nueva etapa y emprendo una carrera velocísima hasta llegar a la meta. Lo de la carrera es un decir, porque a lo que me lleva el Espíritu de Amor es a adentrarme en el Corazón y en las entrañas de mi Señor y a estar crucificada con Él, adorando con delirio al Padre.

"La mina"

Si me curo, me va a quedar la pena de lo mal que me aproveché de la enfermedad, y que se me acabó la mina. Pero mi Señor me buscará otra mina, ya que por lo visto no puede haber amor sin cruz, y al amor no sólo no renuncio, sino que quisiera tenerle el mayor del mundo.

La felicidad en la tierra

Gracias a que estamos en las benditísimas manos de nuestro Padre Celestial y Él nos pone donde va conviniendo a su gloria. Cada vez tengo más deseo de darle la mayor gloria posible en todos los instantes de mi vida, aun durmiendo, y claro, para eso, vivir intensamente la vida de incorporación, que es la felicidad en la tierra.

Deseos de vivir

El Corazón me da muchos deseos de vivir una vida intensísima de inmolación y sacrificio continuo en el Hijo para gloria del Padre, y en reparación de tanta ofensa, indiferencia y falta de espíritu cristiano. Cada vez que voy a Barcelona y veo tanta multitud de gente agitada nada más que por cosas materiales y sensuales, y pienso que son miembros del Señor, pues raro será el que no esté bautizado, se me reavivan esos deseos: ¿no podríamos dar vida a esos miembros, teniendo nosotros una sobreabundancia de vida unidos con Cristo en la cruz? — Quisiera que empezásemos todas una vida de amor y crucifixión con un ardor nuevo.

Lo único que importa

Sigo teniendo encima la losa que a ratos oprime más o menos, pero soy tan refractaria a la humildad que eso, que parece que debiera ser una humillación íntima para mí, me deja impertérrita. Sólo siento y me agobia el no saber qué hacer, ni acertar con lo que el Señor querrá. En realidad es que es lo único que me importa.

Dele gracias por mí

No creo que mi Señor me quite esta cruz de la enfermedad, porque es con la que mejor crucifica mi carácter, tendencias y todo. Así que creo que hasta que me lleve con Él, me tendrá así. Dele gracias por mí, que aunque comprendo con la inteligencia el bien tan grande que me hace, no se lo agradezco expresivamente como cuando me hace gracias que son más de mi gusto.