El día dos de julio se cumplen ciento treinta y cinco años del nacimiento, en Oviedo, de la Sierva de Dios María Isabel González del Valle Sarandeses, fundadora de las Misioneras de las Doctrinas Rurales junto al beato Tiburcio Arnaiz SJ. Su causa de canonización se abrió el pasado 18 de noviembre en la Diócesis de Málaga y ahora una publicación recoge sus pensamientos espirituales.
La Hna. Leticia Montero explica a diocesismalaga.es que «acaba de editarse un pequeño libro con algunos de sus pensamientos y escritos, y testimonios de sus directores espirituales, que nos ayudan a descubrir su espíritu y personalidad». Puede adquirirse en librerías, en el Patronato del Padre Arnaiz y también está disponible on-line en la web de las Misioneras de las Doctrinas Rurales.
En el acto solemne de apertura de su causa de beatificación, el obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, afirmaba que «siempre es bueno recordar las maravillas que el Señor ha hecho en María Isabel, en la obra de las Misioneras de las Doctrinas Rurales y en la persona y misión del beato P. Arnaiz».
María Isabel González del Valle nació en Oviedo, el 2 de julio de 1889. Su conversión fue en Madrid durante unos Ejercicios Espirituales, en abril de 1920. El 9 de octubre de 1920 deja definitivamente el mundo y se retira a Bélmez (Córdoba) buscando la Voluntad de Dios. El 17 de enero de 1921, en Málaga conoce al Beato Tiburcio Arnaiz S.J. , a quien toma como director espiritual. En enero de 1922, sube a la Sierra de Gibralgalia pedanía de Cártama y da comienzo la “Obra de las Doctrinas Rurales». El 18 de julio de 1926, muere en olor de santidad el P. Tiburcio Arnaiz. El primer viernes de octubre de 1928, hace una consagración al Corazón de Jesús con su sangre pidiéndole “imprime con fuerza en mi corazón el deseo de salvar las almas como tú las salvaste con el sufrimiento, la humillación y el abandono de todos”. En el año de la Redención de 1933, viaja a Roma, donde conoce al P. Juan Antonio Segarra, jesuita que comprendió admirablemente su alma y el espíritu de la Obra. Él recoge en sus escritos de María Isabel que «su espíritu lucidísimo y penetrante, su corazón volcánico y realista, su sentimiento finísimo de lo que exige el amor personal a Cristo, no le permitían descansar en ocupaciones pueriles, en pequeñeces y nimiedades… Se sabe y se siente esposa de Cristo, y comprende que toda la pena de Cristo, su Esposo, es por los hijos, y –uniéndose más estrechamente a Él– se preocupa de que esos hijos se acuerden de que son hijos y vivan como hijos y sean el consuelo de su Padre».
El 25 de marzo de 1933, se consolida su Obra Misionera con la “Entronización del Corazón de Jesús en el propio corazón” consagración, que la lleva a la plena identificación con Cristo. El 6 de junio de 1937, muere en Jerez de la Frontera. El 6 de junio de 1954 fueron trasladados sus restos a la iglesia de la Sierra de Gibralgalia, su primera «Doctrina». Como cuenta la Hna. Inmaculada Vila, Misionera de las Doctrinas Rurales y postuladora de la causa de María Isabel González del Valle, «en enero de 1922 subió María Isabel con otras tres jóvenes malagueñas, bajo la dirección del Beato Tiburcio Arnaiz S.J., para instalarse en una choza, vivir con ellos y como ellos. Comenzaron un sistema de formación cultural y cristiana, mediante clases para niños, jóvenes y adultos, adaptándose a sus horarios y necesidades. En unos meses “el objetivo” estaba cumplido, y un pueblo hasta entonces analfabeto, sin iglesia ni formación religiosa alguna (más que la recibida con la gracia del Bautismo y la bondad natural de sus gentes), se convirtió en un pueblo cristiano y dignificado, gracias a la formación y el cariño derramado tan abnegada y generosamente por María Isabel y sus compañeras».
El 25 de noviembre de 2019, se abrió el proceso diocesano de Beatificación en la Diócesis de Málaga, y su causa de canonización fue abierta el 18 de noviembre de 2023 en la iglesia del Sagrado Corazón, en Málaga.
Ana Medina. Artículo publicado en la hoja digital «Diócesis Málaga»