La vida de María Isabel González del Valle, homenajeada en Oviedo

Durante un emotivo acto celebrado en Oviedo, se presentó el libro titulado ‘Estoy enamorada del Señor’, una biografía dedicada a la figura de María Isabel González del Valle, fundadora de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, quien falleció en Jerez de la Frontera en 1937. La presentación tuvo lugar en el salón Padre Arrupe de la iglesia del Sagrado Corazón (Salesas), contando con la presencia de monseñor Alberto José González Chaves, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, y familiares de la protagonista, como su sobrino José María González del Valle Cienfuegos-Jovellanos.

Monseñor González Chaves destacó la importancia de la figura de María Isabel, describiéndola como una mujer «sobria, exacta, muy cordial y sin estridencias» que supo «olvidar lo propio cuando Dios le pidió más». En su intervención, el autor del libro resaltó la conexión de María Isabel con su ciudad natal, afirmando que «es imposible entender su vida sin esta ciudad y las calles donde se crió en una familia culta y religiosa».

Un legado de fe y servicio

La vida de María Isabel González del Valle estuvo marcada por su dedicación a la enseñanza y la creación de una obra apostólica innovadora. Según el arzobispo Sanz Montes, ella y sus primeras compañeras se embarcaron en una «vocación novedosa», contribuyendo a una misión que no era reconocida en su momento como una orden religiosa formal. «Había en esas jóvenes una intemperie en la que Dios quería escribir una página novedosa», manifestó Sanz Montes.

Durante la presentación, se recordó el contexto histórico en el que vivió María Isabel, quien fue hostigada por su fe católica durante la II República. El arzobispo citó unas palabras de la misionera sobre su sufrimiento, instando a los presentes a poner «música a esta letra» para crear una sinfonía actual que refleje su legado espiritual.

La música de la caridad

El autor de la biografía subrayó que María Isabel supo «convertir su tono alegre y elegante en la música de la caridad». A lo largo de su vida, ella no confundió «brillo con ostentación» y aprendió a integrar belleza y bondad, lo que se tradujo en un arte de servicio y entrega a los demás. Su compromiso con la pobreza y la educación fue fundamental para el desarrollo de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, que se formaron junto al jesuita Tiburcio Arnaíz.

La presentación del libro no solo fue un homenaje a la vida de María Isabel González del Valle, sino también un recordatorio de su legado en la sociedad actual. Su historia inspira a nuevas generaciones a seguir el camino de la fe y el servicio, mostrando que, a pesar de las adversidades, el amor y la dedicación a Dios pueden transformar vidas y comunidades.

Artículo publicado en «Opinión Iberica«

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