El extremeño Alberto González Chaves presenta en Oviedo la primera biografía de la fundadora de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, fallecida en 1937
Criada en una familia de la burguesía ovetense, hija de Anselmo González del Valle, compositor, pianista y uno de los fundadores de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, María Isabel González del Valle fue misionera en tiempos convulsos y eligió el camino «más inédito, sin ser religiosa». Se fue a Andalucía en 1920 y fundó las Misioneras de las Doctrinas Rurales, para dedicarse a la evangelización «en pueblinos salvajes de Andalucía». En 1937 falleció de un cáncer, a los 47 años. La organización seglar que fundó promueve desde su Causa de Beatificación, un proceso en el que se encuadra su primera biografía, obra de monseñor Alberto González Chaves, Capellán del Papa Benedicto XVI, y autor de varios libros de santos.
«Era una mujer buscadora, adornada con un sinfín de talentos y valores que fueron despuntando para describir lo que sería una biografía de santidad», valoró el Arzobispo. Sanz Montes subrayó la «vocación novedosa» que suponía el paso que dio María Isabel González del Valle, junto a sus primeras compañeras, de convertirse en «mujeres jóvenes consagradas en una obra apostólica inédita, pero sin ser religiosas» , lo que, añadió, «entrañaba un cierto desvalimiento e inseguridad al no contar con el santo refugio que garantiza un convento».
El Arzobispo reparó en una reflexión de la fundadora de las Misioneras de las Doctrinas Rurales acerca de los ataques que sufría la Iglesia en los agitados años treinta del siglo XX: «Pensar que los malos cuando triunfaron se atrevieron, siendo una minoría tan pequeña en España, a derribar el trono, a perseguir a la Iglesia y a dictar tanta ley injusta y persecutoria. Y que ahora que han triunfado los buenos, que tienen consigo a toda España, no se atreven a barrer la porquería que amontonaron los otros solamente en dos años (…) En fin el número de tontos es infinito». Sanz Montes lanzó una pregunta al auditorio tras acabar la cita, que era aún más extensa: «¿Les suena? Pues pongan música a esta letra y tendremos la actual sintonía», apuntó el Arzobispo.
El autor de la biografía, González Chaves, resumió con una expresión de la propia María Isabel González del Valle su entusiasmo misionero: «A mí lo que me pasa es que estoy enamorada del Señor». El religioso destacó «su conversación, elegancia y cultura, era ‘La reina’ para sus amigos» y subrayó su «su modo ovetense de santidad, con un tono digno y sereno».